Se cumplen 74 años de la histórica elección que consagró a Juan Domingo Perón presidente de la Nación en 1946.
Con el 52 % de los votos del electorado, arrasó en las urnas y derrotó a la Unión Democrática.
No sólo fue uno de los más recordados hitos en la política local; sino que además significó una revolución social llamada a terminar con las desigualdades de clase.
Con sus aciertos y errores, sus polémicas y contradicciones, y su particular manera de ejercer el poder, Perón es -acaso- la figura política más relevante de Argentina, líder de un movimiento que aún perdura en el país y que se ha replicado en otros sectores de la América Latina.
No se puede entender la Argentina sin hacer escala en Perón; reducir su influencia incurriendo en denostaciones que se le achacan es desconocer los aportes de un estilo de gobierno que produjo un giro significativo en favor de reivindicar a las mayorías excluidas.
A partir de ello, está claro que las polémicas siempre harán presencia en la agenda de la opinión pública; porque Perón, guste o no, todavía sigue siendo juzgado por la historia en cada elección ciudadana.