A principios de 2001, yo tenía 18 años de edad y los sueños de muchas personas en esa etapa de la vida.
Al venir de una familia de profesionales, supe desde siempre que mi destino era estudiar en la universidad.
En mi casa se leía el diario, veía el noticiero y hablaba de política, cultura y educación. Como me encantaba escuchar cada medianoche el programa radial de Dolina, quería ser como él y por ese motivo elegí estudiar Filosofía.
Supuse que un lindo lugar (cálido, cercano y familiar) sería la ciudad de Bahía Blanca, de la cual tenía referencias por gente conocida.
Mis padres me acompañaron en esa decisión y así surgió una aventura que para mí ha sido tan significativa como clave en mi historia personal.
Si bien me costó mucho acostumbrarme a otro contexto, vivir solo y lejos de mi hogar, debo decir que siempre guardaré en mi memoria los aprendizajes de todos aquellos cuatro años (entre principios de 2001 e inicios de 2005).
No fue un gran paso por la universidad; de hecho, no tuve ni la concentración ni los hábitos ni el interés por estudiar como si después, cuando la vida me dio otra oportunidad y vine a La Plata.
Mis días en Bahía Blanca fueron destinados a conocer personas sencillas, humildes, cálidas. Algunas del lugar, otras de pueblo, con historias de vida conmovedoras, sacrificadas y solidarias.
En la UNS di con amistades que estoy seguro no podría haber encontrado en otro lugar. Estar en comunición con subjetividades de orígenes muy distintos a los míos me enseñó a vivir, ser más humano, tener conciencia de mis fortalezas y debilidades.
Lamento en lo más profundo de mi corazón que mi papá (QEPD) y mi mamá no hayan podido ser testigos de todo ese tiempo súper importante para mí.
Me fui hace 16 años pq necesitaba dar otro sentido a mi proyecto de vida.
Todo lo que viví luego fue más lindo que lo imaginado.
Y sentir pertenencia por Trelew (ciudad de origen), Bahía Blanca (ciudad adoptiva) y La Plata (ciudad actual) me da felicidad.
Muchas veces quisiera borrar los más tristes momentos de mi vida, pero de algo estoy seguro: tejer lazos, dejar huellas, seguir unido a la distancia con tan valiosas personas, resignifica todo.
Adriano LH 