Disminuir la curva

Tomás Pueyo es un académico graduado en Economía por la Universidad de Stanford, California (aquí está su perfil de Linkedin: https://www.linkedin.com/in/tomaspueyo).

Sus estudios ofrecen estadísticas, análisis, triangulaciones de datos, etc.; todos ellos de manera pormenorizada, que permiten ser referencia en momentos como éste, cuando funcionarios de varios gobiernos acceden a sus informes para la toma de decisiones.

El artículo que publicó Página / 12 (edición del sábado 21 de marzo: https://www.pagina12.com.ar/254426-coronavirus-el-martillo-y-el-baile), muy bien traducido y resumido por los periodistas del diario, explica cómo son los denominados «ESTUDIOS DE CASO», los cuales se valen del aporte interdisciplinar de las ciencias.

La pandemia del coronavirus involucra a disciplinas como:
  • Las ciencias exactas (Matemática, por las estadísticas);
  • las ciencias naturales (Biología, por la medicina y los sistemas de salud; Química, por la reacción de los virus en los organismos vivos);
  • las ciencias sociales (Sociología, por los sectores de la población involucrados; Economía, por los recursos a utilizar; Geografía, por la la relación entre la humanidad y los espacios; la Historia: revisar los pasos que se han hecho antes en situaciones similares; la Psicología, por el desafío de prevenir sin psicosis, evitar la desesperación ante el encierro de la cuarentena; la Política, porque pone en alerta a los gobiernos, que deben tomar decisiones efectivas, rápidas y eficaces).
  • Si bien no son ciencias, otros campos de estudio se relacionan con las humanidades (Filosofía: valores éticos, ¿qué vidas salvar en caso de colapsos sanitarios: las más ancianas o las generaciones jóvenes; Literatura: innumerables crónicas se escribirán al respecto, con intercambio de vivencias con informes, una articulación de escritura y periodismo -Comunicación Social-; Artes: en la era de Netflix, estamos ante escenarios que parecen salidos de una película, la ficción se volvió realidad).

El mismo autor publicó un texto la semana pasada que habla sobre la «curva» del coronavirus: según las estadísticas, se establecen valores promedios organizados en el tiempo y tomando como referencia porcentajes. El virus llega, se dan los primeros contagios, crece multiplicándose exponencialmente y luego se mantiene en parámetros relativamente constantes, para después de un ciclo disminuir su propagación. Pasa en todos los países y también sucederá en Argentina.

El hecho de cerrar las fronteras y decretar cuarentena total tiene que ver con que la curva (el valor más alto de número de contagiados) no suba tanto y los valores promedios de infectados estén por debajo de la media, así hasta poder ir disminuyendo la cantidad de personas enfermas y con posibilidades de muerte.

Evitar la propagación del virus permite controlar su impacto y dar chances al accionar de los servicios de salud, de manera tal que no se ven colapsados.

De todos modos, surgen interrogantes: ¿Que la población esté en su casa no puede dar lugar a la mutación del virus? ¿Por qué en algunas ciudades la propagación no disminuye aún decretándose cuarentena total? ¿Puede evitarse el colapso de los sistemas de salud sin que colapse el sistema económico de los países?

Aún con el amplio desarrollo de la medicina, no deja de ser una paradoja que la principal estrategia de prevención consista en la segura precariedad de no salir de los hogares y lavarse minuciosamente las manos.

Foto: Noticias CMM
CM Media

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