Aferrarse a la vida

Las Madres y Abuelas son de todos: un grito en el desierto, un abrazo en la soledad, una luz radiante en el medio de ese oscuro pasado que tanto daño le ha hecho al país, y cuyos ecos todavía se sienten para que la resistencia cada día tenga forma de un Nunca Más eterno y poderoso.

Hay historias de vida que merecen ser contadas, independientemente del momento en que nos encontramos.

Norita Cortiñas es un emblema, una heroína con el escudo del pañuelo blanco cubriendo su rostro y también su integridad.

Como tantas otras mujeres de su generación, atravesó el peor desenlace que cualquier madre puede vivir: la pérdida de un hijo, en el frío y tenebroso contexto de la desaparición forzada por la última Dictadura Cívico Militar.

Sin embargo, allí va; a todos lados y siempre con dignidad, pudiendo mirar a todas las personas a la cara.

Alza banderas y defiende causas colectivas vinculadas a los derechos humanos.

No tiene odios.

No tiene resentimientos.

No tiene rencores.

Es amor, alegría y humildad.

Una persona que no dudó en acercarse a la Biblioteca Del Otro Lado del Árbol con una energía muy especial; a sus jóvenes 89 años baila con los más niños, comparte anécdotas con quien presta los oídos y dedica con una firma afectuosa el libro de su biografía.

La obra inspirada en Pilar es un espacio que permanentemente crece en esto de ser comunidad. Representa una intersección de subjetividades que aloja lo diverso, crea conciencia y educa, estimula la lectura y sale al encuentro de los derechos de la infancia.

Con compromiso cultural, político y social, las bibliotecas populares invitan a ser parte, a pertenecer, a crear mundos mejores.

El activismo de Paula Kriscautzky y la gente que la acompaña es un orgullo para todos aquellos que al despertar soñamos con emocionarnos, porque como bien dijo ayer Norita: «cuando nos abrazamos, nos baila el corazón»

Por esto y mucho más, siempre siempre siempre VENCEREMOS.