Jorge Julio López era un albañil oriundo de la localidad de General Villegas. En 1955 debió marcharse de allí a consecuencia de la proscripción del peronismo. Ese año llegó a La Plata para instalarse en Los Hornos, adonde continuó su militancia.
Con el último Golpe de Estado, las fuerzas militares coparon los barrios persiguiendo a los activos líderes aliados a montoneros.
En octubre de 1976 fue secuestrado. Al año siguiente lo liberaron; y desde ese entonces, se llamó a silencio.
Tres décadas después, al dejarse de lado las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, se sucedieron nuevamente los juicios a las Juntas Militares.
Jorge Julio López volvió a declarar, señalando a sus perpetradores como responsables de su desaparición forzada, secuestro y tortura.
Un día antes de que se condenara al principal culpable, el albañil volvió a desaparecer sin dejar rastros.
Hoy se cumplen 13 años de que no se ha sabido más nada acerca de él.
Un mensaje cobarde y mafioso volvió a establecer impunidad.
Sin López no hay Nunca Más.