En tiempos de revisionismos y transformaciones que acontecen en una sociedad cada vez más convulsionada (proliferación de activismos en derechos humanos, defensa de la diversidad cultural en la amplitud de sus expresiones, marchas en busca de justicia social) sigue resultando incómodo que el Día del Maestro sea en homenaje a Domingo Faustino Sarmiento, polémica figura de la política y la educación en la Argentina fundacional del siglo XIX, aquel que -más allá de algunos aportes- desconocía a las minorías, desconfiaba de la población autóctona y dividía a la comunidad en civilizados y bárbaros.
Hoy las realidades son muy distintas a su época, aunque desde hace varios años tienen un denominador común: el desprestigio del rol y la profesión docentes basados en precarias condiciones laborales, falta de infraestructura y capacitaciones, sueldos bajos que hacen a la explotación, sobredemandas de un sistema social fragmentado que exige más de lo que puede dar, y una creciente pérdida de confianza por parte de sectores que ven al educador como el causante de graves problemas sin soluciones.
En esos contextos se vuelve paradigmática la lucha de Carlos Fuentealba, docente de Neuquén asesinado en 2007 mientras -luego de ejercer legítimos derechos- emprendía retirada para continuar con los reclamos. Gendarmería le disparó por la espalda a dos metros de distancia.
Ese hecho no puede ni debe pasar desapercibido por la sociedad en su conjunto; es emblema porque de alguna manera aún sigue pasando: profesionales de la educación en Chubut recientemente han sido reprimidos al visibilizar la vulnerabilidad por no cobrar salarios. En muchos otros lugares del país no es novedad la recurrencia de huelgas y manifestaciones por motivos afines.
Si se apela a la memoria colectiva como conciencia crítica y hay común acuerdo en destacar la importancia del docente como mediador cultural y miembro clave para la integración de los pueblos, es imprescindible resignificar esta efeméride.
La vida y obra de Fuentealba (de origen humilde, trabajador en varios rubros hasta ejercer como profesor en escuelas carenciadas) dice mucho del compromiso docente. Al nacer un 14 de septiembre, ¿no sería una gran oportunidad para que esa fecha sea el Día de la Docencia en nuestro país?
Foto: Archivo Personal (tomada en el Colegio Albert Thomas de La Plata)