La libertad se defiende día a día

Cuando llegan fechas patrias, a veces nos pasa que no sabemos qué hay de nuevo por decir. Sin embargo, toda ocasión es propicia para resignificar los hechos del pasado a los fines de aportar soluciones a las problemáticas con las cuales nos encontramos atravesando las luchas del presente.

En ocasión de un Acto Escolar para el Día de la Independencia, el colega Ariel Piro -profesor de Historia, excelente profesional y mejor persona, siempre atento a las demandas de los jóvenes y dueño de una manera de llegar al otro a partir de gestos cálidos y amenos-, preparó con sus estudiantes una reflexión que invita a considerar asuntos que nos interpelan individual y socialmente.

Ellos destacaban el hecho histórico de haber roto cadenas. La independencia es una conquista política y social sumamente valiosa que marca un hito en la línea de tiempo de un país.

No obstante, existen otras cadenas que aún hoy nos someten.

La viveza criolla.

El egoísmo.

El pesimismo.

La viveza criolla es ese conjunto de cualidades que no hacen otra cosa más que atentar contra las aspiraciones de igualdad. Es la trampa, jugar al borde de la ley, llegar primero eligiendo el camino más corto, apropiarse de una moral que me salva cuando me conviene pero cuando me perjudica ya no estoy de acuerdo.

El egoísmo consiste en mirarnos solos a nosotros mismos, atender a nuestras demandas y no hacer nada por el otro. Hacerse el dormido cuando una mujer embarazada o mayor sube al micro, tirar papeles a la calle sin saber que esas acciones aparentemente pequeñas también favorecen catástrofes naturales como por ejemplo una inundación. En estos días de ola polar, cuando varios ciudadanos resisten en situación de calle y se debaten entre la vida y la muerte, no mirarlos a la cara ni darles algo de lo que tal vez nos sobre, es un proceder que nos daña como comunidad.

El pesimismo es vivir con el drama a cuestas, como si cargáramos en nosotros mismos la estigmatización colectiva según la cual nuestro destino fallido está decretado sin poder hacer nada por cambiarlo. Muchos países han estado en situaciones peores y se han levantado hasta ser actualmente potencias. El docente y sus estudiantes pusieron como caso testigo el de Japón: la bomba de Hiroshima los destruyó. Se trata de un territorio pequeño que se erige sobre volcanes, que tiene millones de habitantes sin lugar para transitar. Y aun así, pudieron.

El profesor Piro tuvo la virtud de desmitificar la fecha. No hablemos de gestas -que las hubo- ni tampoco de hazañas -que sin dudas ocurrieron-. Preocupémonos de ahora, de nosotros y de nuestras circunstancias, del porvenir, de vivir mejor, de querernos y respetarnos más.

La libertad es una conquista que se defiende día a día.

Argentina es causa y consecuencia de los mismos argentinos.

Ojalá siempre seamos concientes de ello y tengamos la lucidez de hacernos cargo.

 

Casa Tucumán 1

 

 


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