Es el Día del Amigo en Argentina y otros países.
La iniciativa, ya se ha dicho, tuvo su origen gracias a Ernesto Febbraro, un compatriota que con motivo de la llegada del hombre a la Luna decidió enviar cartas a mucha gente de toda parte del mundo para compartir tal buena nueva; y de respuesta, obtuvo correspondencia de una aldea global capaz de conmoverse ante ese acontecimiento.
¿Pero qué significa la amistad?
En términos conceptuales y etimológicos, se trata de una palabra que comparte raíz con el vocablo amor; por tanto, está asociado al sentimiento, los afectos y el cariño.
Fueron los griegos -fundadores de la cultura occidental– quienes empezaron a valorar el vínculo como una manera de vivir en comunidad, de cultivar maneras de ser y de pertenecer.
En su Ética a Nicómaco, Aristóteles postula algunas ideas al respecto: dice que nadie elegiría vivir si amigos; que no pueden ser así considerados aquellos a quienes sólo guía el interés o el beneficio; y que la verdadera amistad se pone a prueba ante la desgracia y no la dicha.
No sólo la filosofía, sino también el cine, la literatura e infinidad de obras de arte han dedicado su atención a la amistad. Y en estas ocasiones, un cuento para recomendar es «La decadencia de la amistad», de Alejandro Dolina, que en clave de humor y reflexión nos habla de un ideal en crisis para las sociedades contemporáneas, en que la soledad resulta un destino que se evita contratando a interesados que cultivan el oficio de brindar compañía a quienes no la tienen.
Siguiendo con el individualismo, las redes sociales desvirtúan una realidad en que se privilegia el tener antes que el ser: enviar solicitudes masivas de amistad, compartir la intimidad con sujetos a quien no se ve físicamente, es una circunstancia legitimada por la industria del consumo; sin contar esa particular paradoja de la esfera posmoderna: separar a cada uno con un móvil para luego unirte -mediante una oferta irresistible- a la «comunidad» de cualquier empresa de telefonía celular.
Aun así, sepamos disfrutar.
La amistad es la familia que uno elige.
Las personas más cercanas a nuestra manera de vivir y sentir.
Una hermosa relación basada en el sentimiento de respeto, cariño, confianza, credibilidad y fiel cercanía.
Honrarla cada día constituye, de por sí, una de las mejores decisiones que cualquier ser humano podría llegar a tomar.
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