Elogio de la locura

En una democracia, las instituciones existen para establecer control sobre las conductas humanas. En los regímenes totalitarios, la obediencia es la única consigna que se establece bajo los mandatos del sometimiento. En Internet, la orden es invisible y son los propios sujetos quienes se esclavizan.

Regular los comportamientos se vuelve clave, necesario e imprescindible a los fines de poder hacer funcionar un sistema que consiste en derechos y obligaciones tanto como premios y castigos.

Si el mundo gira demasiado rápido, no hay tregua para la pausa ni la reflexión profunda.

La tarea -por momentos titánica- consiste en producir más en menos tiempo.

Y según sean los niveles de eficacia, los seres humanos tendrán la vara hecha a medida.

Porque los sueños, frustraciones, deseos, miedos, intentos o adversidades, serán la delgada línea que separa al éxito del fracaso.

Entonces, las ansiedades estarán a la orden del día.

Conducirán a la violencia.

Hasta llegar a la locura.

La película Relatos Salvajes (Damián Szifrón, Argentina, 2014) lleva al extremo estas concepciones, oscilando entre la comedia y la tragedia, para dar forma a una serie de acontecimientos que retratan la vida del ciudadano medio.

Son seis historias.

Una, sobre un piloto de avión que se toma venganza de sus verdugos en pleno vuelo.

Otra, cuenta la historia de una camarera que recibe como cliente de su restaurante al asesino de su padre.

La tercera, en relación a un ejecutivo que entra en riña con otra persona en plena ruta por haberse pasado con el automóvil.

Luego, acerca de un hombre que lucha día a día contra la caprichosa burocracia administrativa que siempre le pone multas por infracciones y jamás le da ninguna solución.

En otra de las situaciones, el hijo de un hombre con importante posición económica tiene un accidente de tránsito, motivo por el cual debe buscar amparo en influencias vinculadas al poder que van en detrimento del sentido de justicia.

Y por último, las controvertidas circunstancias de un casamiento que no termina para nada bien a raíz de verdades que dejan de lado secretos dolorosos difíciles de asimilar.

En todos estos episodios se exterioriza la condición animal del hombre, devenido un individuo deshumanizado que no puede tener soberanía sobre sus instintos, y cuyos impulsos lo llevan a cometer actos despojados de cualquier indicio ético o moral conducentes al logro del bien común.

Seres individualistas, impotentes, narcisistas, inseguros, resentidos. Todos bajo la presión de una sociedad hostil que no es como quisieran, donde las ilusiones se derrumban como castillos en el aire a la vez de reflejar el verdadero rostro de gente que lo único que quiere es gritar lo que le pasa.

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Ficha:

– Dirección: Damián Szifrón

– País: Argentina.

– Año: 2014.

– Género: Drama / Comedia negra.

– Calificación: 8 (ocho).

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Foto: http://www.elcomercio.com

Relatos Salvajes - El Comercio


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