Trabajo y trabajadores

No se puede pensar ningún Día del Trabajador si no se hace mención a la situación contextual de los trabajadores, aquellos actores sociales que desde sus ideas y esfuerzos, contribuciones y compromisos, dejan la vida para el desarrollo personal (cubrir necesidades diarias) como colectivo (progreso de un país).

Sin embargo, la actualidad impone otras condiciones: en ciertas regiones del mundo, el trabajo es un castigo, vinculado a la explotación y esclavitud, a la despersonalización, al abandono y deterioro, que tienen la única finalidad de garantizar una subsistencia capaz de darle cuerda a un círculo vicioso que se vuelve inevitable.

En Argentina, las cifras alarman. Según estadísticas oficiales, el desempleo involucra a poco más de un millón y medio de personas que día a día necesitan valerse de planes sociales para poder vivir. Lejos de pensar que se trata de una estrategia clientelista para mantener a quienes poco y nada tienen, sepamos también que en muchos casos logra paliar -y a veces ni siquiera eso- una pobreza real que padecen millones y que a otras tantas familias logra amenazar.

Más aún: el 60 % de la población económicamente activa del país tiene problemas de empleo (desde sobreempleo y subempleo, hasta la problemática del trabajo en negro), con lo cual resulta imposible llevar adelante mejoras condiciones que permitan una vida dichosa y sustentable.

Tener trabajo no alcanza; además, debe ser digno, permitir la realización intelectual y personal, ayudar a ser, a pensarse como comunidad, a vincularse con el otro y tener registro de que un país crece en tanto optimiza sus relaciones sociales y se fortalecen rasgos como la solidaridad e integración.

El trabajo en sus condiciones más humanas evita la humillación de no tener techo, aleja de las drogas y violencia, promueve soluciones, esquiva el desamparo y hace que esta vida -que por lo pronto es una sola- ofrezca oportunidades que nunca deberían desaprovecharse.

Sería importante que todos los gobiernos vean a los trabajadores como aliados y nunca enemigos, que logren llevar adelante políticas sociales y sostenerlas en el tiempo, a los fines de emancipar y ya no someter. Debería ser lo mínimo e indispensable para poder tener casa, pan y motivos para un porvenir con algo de merecida paz.

Foto: http://www.paginapopular.net

Desempleo

 

 

 

 


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